El término “cristales de mar” se usa para referirse a los pequeños fragmentos de vidrio que normalmente se encuentran en las playas. En realidad, no los fabrica el mar, sino que provienen de vertidos del ser humano. Todo este material sufre un proceso de erosión y moldeado gracias a la acción constante de la arena y las olas del mar. Con el paso del tiempo, en algunos casos más de 20 años, el resultado son unas preciosas piezas de formas redondeadas de diferentes colores. Lo que empezó siendo un pasatiempo, se materializó en una segunda vida para esos pedacitos de cristal y ese trabajo es el que ahora os enseñamos. ¡Esperamos que os guste!
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